El 20% de las mujeres padecen alopecia hoy en día, y el problema puede comenzar en la adolescencia según la Dra. Mónica Rolando, directora de Unidad Médica Serrano.
¿Cómo es la alopecia en la mujer?
Perdemos al día unos 100 cabellos. Cuando la cifra es mayor o hay disminución del calibre del cabello, podemos hablar de alopecia, y existen diferentes tipos. “En la mujer esta puede ser de tipo androgenético o hereditario que es la más habitual, estacional, cicatricial, etc. “explica la Dra. Rolando. “En los últimos 15/20 años ha aumentado considerablemente, y las causas son múltiples”. Puede aparecer a cualquier edad a partir de la adolescencia, etapa en la que comienzan los cambios hormonales, y en ocasiones empeora (o aparece) durante o después de la menopausia.
¿El estrés tiene algo que decir?
“Es un agravante o incluso desencadenante, pero no el único. También lo son factores como una dieta desequilibrada (falta de vitaminas del grupo B (B12, Biotina) vitamina D, ácido fólico, etc.), la falta de sueño o enfermedades como la anemia ferropénica, de tiroides o de la función ovárica”, añade la cirujana.
¿Cómo es la reacción femenina al notar que se pierde pelo?
“El impacto psicológico es mucho peor que en el hombre, de ahí que tome conciencia y se implique más”, revela la experta. “Pero el tratamiento siempre debe estar diagnosticado por un profesional médico formado y con experiencia, y ser totalmente personalizado”.
Estas son los tipos más frecuentes:
- Androgenética o hereditaria: Es la más habitual, y a diferencia de la masculina, que comienza a manifestarse en las entradas y la coronilla, la femenina es de tipo difuso: comienza a clarear en las zonas centrales y puede proseguir hacia la coronilla y acabar en los temporales. El cabello se afina, se miniaturiza y pierde densidad.
- Alopecia cicatricial: Cada vez es más frecuente: se produce por un proceso inflamatorio de causa autoinmune, y en ocasiones es muy difícil de diagnosticar. Debe tratarse lo antes posible, frenar el brote y evitar que el folículo se atrofie y se pierda definitivamente.
- Efluvios: El efluvio telógeno es una caída difusa que puede aparecer en situaciones de estrés, y a menudo se produce de 2 a 4 meses después de un acontecimiento desencadenante. El cabello suele recuperarse espontáneamente. El efluvio estacional (por ejemplo en otoño o primavera) afecta más a las mujeres, y normalmente suele resolverse solo. “Los efluvios suelen ser transitorios y no durar más de 3-4 meses. Si pasan de 6 podríamos hablar de efluvio crónico”.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado?
“No todas las mujeres son candidatas al trasplante, desde luego. Además, en función del tipo de alopecia y de su grado, es probable que ni siquiera haya que recurrir a la cirugía”, explica la Dra. Rolando.
- Fármacos: Minoxidil, sea aplicado de manera tópica (los más nuevos no incorporan alcohol, por lo que son más cosméticos y resecan menos) u oral, en cuyo caso debe estar bien dirigido para no producir hipotensión; en función de la edad pueden administrarse antiandrógenos, como la finasterida, que impiden la acción de las hormonas masculinas a nivel del folículo piloso.
- Infiltraciones: de mesoterapia con vitaminas, minerales y oligoelementos, de plasma rico en plaquetas, o con el antiandrógeno Dutasterida. Son tratamientos complementarios, es decir coadyuvantes, y realizan según las necesidades del paciente.
- Trasplante: “En la mujer no siempre está indicado, pues es peor donante que el hombre. Esto ocurre porque este suele tener más zonas donantes, como los temporales, mientras que ella, al padecer una pérdida difusa, habitualmente solo cuenta con una, la de la nuca (incluso en estados avanzados la alopecia puede afectar a la zona donante). Además, cosméticamente las mujeres necesitamos más cantidad de cabello. Si estamos en un estado inicial y hay espacio para colocar los injertos sin dañar el resto del cabello podría ser candidata a la cirugía. En una alopecia cicatricial (liquen plano pilar, frontal fibrosante, etc.) habría que esperar a estabilizar el brote inflamatorio por un período mínimo de dos años y valorar la posibilidad de un injerto. Lo importante, de nuevo, es que sea el profesional quien realice el diagnóstico y decida el procedimiento oportuno”, termina la Dra. Rolando.
Información:
Dra. Mónica Rolando
Unidad Médica Serrano
www.unidadmedicaserrano.com