En la peluquería masculina, lo analógico se convierte en un deleite para los sentidos. Las manos expertas de los peluqueros utilizan tijeras y navajas de afeitar para crear obras maestras capilares. Cada corte es un acto meticuloso y preciso que evoca la tradición y el arte perdido en la era digital. Los clientes pueden disfrutar de la experiencia táctil, el aroma de los productos clásicos y la cercanía humana que solo lo analógico puede ofrecer. La peluquería masculina, en su esencia, mantiene vivo el encanto de lo clásico en un mundo en constante evolución.
Ahí es donde entra la última colección de Javier Ventoso, Analogyk, cogiendo estilos comerciales y dándoles un toque actual, moderno. Geometría y volumen para el hombre actual