Hoy día, los exosomas están causando sensación en el mundo de la estética, gracias a su capacidad regenerativa; mientras que los péptidos desempeñan un papel clave en la estimulación de las células cutáneas. Ambos dan mucho que hablar en skin care y, seguramente, despiertan muchas incógnitas.
A grandes rasgos, los exosomas actúan como si fueran pequeños mensajeros intercelulares que facilitan la comunicación entre células y promueven la reparación y revitalización de los tejidos. Actualmente, están revolucionando los tratamientos en cabina por una razón muy sencilla: tienen una acogida muy buena por la piel ya que provienen de las propias células.
Estos pequeños mensajeros intercelulares se han convertido en un gran descubrimiento en los campos de la medicina y la estética por una razón muy sencilla: se trata del primer tratamiento que se consigue a nivel extra e intercelular. Los exosomas son capaces de transportar linfocitos, proteínas, factores de crecimiento, ARN y otras moléculas de unas células a otras. Esto significa que las células dañadas pueden ser reparadas y regeneradas desde el interior de nuestro organismo.
Hablemos ahora de los péptidos, compuestos por cadenas de aminoácidos conectados a través de enlaces peptídicos. Por lo tanto, desempeñan un papel clave en la estimulación de las células cutáneas, como los fibroblastos, y en la producción de nuevo colágeno. El resultado es una piel más firme y joven. Los péptidos también fortalecen la barrera cutánea y esto es muy importante a medida que aumenta la sobreexposición solar. ¿Cómo lo consiguen? Por una parte, facilitan la captación y la retención de la humedad; por otra parte, protegen la piel de agresores externos.
De la mano de Silvia Giralt, Mirian Rico, Ana Sacristán y Sandra Teixidó os invitamos a conocerlos mucho mejor. No os podéis perder este reportaje en la revista Vida Estética edición abril-mayo.