Rodeada por las verdes montañas del Valle de Solius (Santa Cristina d’Aro, Bajo Ampurdán), Mas Tapiolas Country Lodge es una antigua masía catalana del siglo XIII, recientemente rehabilitada. Un entorno idílico provisto de un spa amplio y luminoso de 400 m2, y de cualquiera de las suites más exclusivas con jacuzzi, piscina privada o iluminación cromática. en el reportaje que ya podéis leer en la revista Vida Estética & Spa edición febrero-marzo.
Con vistas panorámicas a las montañas, Mas Tapiolas Country Lodge aúna historia, encanto y experiencias inolvidables. Los huéspedes se pueden sumergir en los colores, aromas y parajes del Valle de Solius que varían y evolucionan con cada estación. La naturaleza marca el ritmo en esta masía catalana rehabilitada del siglo XIII con instalaciones discretas, excelente circuito de aguas termales y tratamientos de belleza y wellness prémium.
Buena muestra de ello es la posibilidad que brinda Mas Tapiolas de explorar senderos naturales o jugar al golf en su pitch & putt de 18 hoyos (como ya comentamos, el golf, cuyos orígenes se remontan al siglo XV, es una de las prácticas deportivas que ayuda a liberar más endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad).
Un spa donde experimentar las bondades del agua
Esta acogedora y lujosa masía posee un spa, amplio y luminoso, de 400 m2 dividido en dos espacios:
- Zona interior. Posee tres salas de masajes personalizados, piscina climatizada con chorros y cascadas, pediluvio, hamacas calientes, sauna, baño de vapor, cueva de hielo y cabina de sal.
- Zona exterior. Se compone de un solárium exterior, como espacio relajante al aire libre, con vistas a las montañas.
Masajes de autor
Entre sus tratamientos prémium destaca su masaje de autor Las raíces de Mas Tapiolas. Este masaje combina elementos de la tierra local para brindar una experiencia sensorial única. También llama la atención su Terapia forestal. El tratamiento Shinrin-yoku, extraído de Japón, se traduce como “baño de bosque” en nuestra lengua. Este tratamiento consiste en dejar que la naturaleza nos impacte a través de nuestros cinco sentidos. Los huéspedes pasean por un entorno natural de bosques viejos, concentrándose a tope en el presente. De esta manera, experimentan el olor que desprenden las plantas, el sonido del viento acariciando las hojas, el canto de los pájaros y la riqueza de texturas y colores que les envuelven.
Lee el reportaje completo en nuestra edición de febrero-marzo.
Por Anna León