GREENWASHING O EL INTENTO DE ALGUNAS MARCAS DE PARECER MÁS SOSTENIBLES

Publicado 24 sep. 2019 por redaccion
Ser no es lo mismo que parecer, aunque muchas marcas se esfuerzan en parecer lo que no son, sobre todo cuando detrás puede haber un incremento de beneficios y la mejora de su imagen.

El greenwashing es un término inglés que significaría “lavado verde”, es decir la estrategia de algunas empresas para limpiar su imagen y parecer más sostenibles, aunque en realidad sus acciones son tan residuales que se reducen a una pura cuestión de marketing engañoso. La muestra es que con algunos títulos como “ingredientes orgánicos”, “envase procedente de plástico reciclado”, “comprometidos con el océano” y así un largo etcétera, el producto es más atractivo para la conciencia del consumidor que lo preferirá a otro que no cuente con ese valor añadido. Las empresas saben que todo lo que lleve la etiqueta “vegano”, “natural”, “eco”, “sostenible”, etc. consigue vender más y, de este modo, hacen todo lo posible para seducir al consumidor.

Ante la demanda creciente del público de productos naturales y que impacten lo menos posible, muchas marcas han lanzado líneas cosméticas bio o de origen natural, algo que siempre es de agradecer, aunque no es suficiente. Los etiquetados pueden llevar a confusión, detrás de un “contiene aceite de oliva”, puede haber una presencia irrisoria del 1% sobre el total del producto y que el resto sean componentes químicos.

Además, una empresa sostenible no es solo aquella que vende productos más naturales, sino la que es honesta y coherente. Es aquella que no produce más de lo que puede vender, aquella que es justa con sus salarios y que, cuando deslocaliza la producción, no se limita a pagar los sueldos legales, insuficientes para mantener a las familias; aquella que se preocupa de las condiciones laborales e impide el trabajo infantil; aquella que controla la calidad del proceso de producción, el origen de los ingredientes, dentro de un comercio justo; la que minimiza el impacto medioambiental y no despilfarra los recursos naturales, y aquella cuyo transporte no cruza océanos ni llega hasta tu casa dejando una enorme huella de CO2, La falta de transparencia y la confusión con el etiquetado hacen que antes de comprar un producto, si no queremos que nos engañen, nos convirtamos en expertos a la hora de descifrar ingredientes. Lo que las marcas deben entender que el cambio en el que estamos inmersos está, no en vender más, sino en hacerlo mejor.
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Publicado 24º sep. 2019

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