La industria del bienestar ha dejado de ser un complemento para convertirse en un pilar económico mundial. Según el último informe del Global Wellness Institute (GWI), la economía global del wellness alcanzó en 2023 los 6,3 billones de dólares y se prevé que supere los 9 billones en 2028, representando más del 6% del PIB global.
Este crecimiento sitúa al bienestar por encima de industrias tradicionales como la farmacéutica, el turismo convencional o la tecnología, y genera una pregunta clave para el sector hotelero y de spa:
¿Está su oferta alineada con esta transformación?
Bienestar: de experiencia sensorial a necesidad de salud
Durante décadas, el spa ha sido percibido como un espacio de placer, relax o desconexión. Sin embargo, los nuevos datos muestran un giro hacia la prevención, la longevidad activa y el bienestar sostenido. Hoy, el cliente no busca solo mimarse: quiere cuidar su cuerpo, gestionar su estrés y vivir más y mejor.
Este cambio implica una oportunidad para los spas ubicados en hoteles, centros urbanos o espacios turísticos:
Reposicionarse como centros de salud preventiva no médica, integrando conocimiento, sensorialidad y evidencia.
¿Qué subsectores están liderando el cambio?
El informe del GWI identifica los sectores con mayor crecimiento anual entre 2019 y 2023:
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Bienes raíces wellness (+18,1%)
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Medicina preventiva y personalizada (+15,2%)
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Bienestar mental (+11,6%)
Además, el turismo de bienestar y los spas se mantienen como sectores clave, con una evolución sostenida hacia modelos integrales y personalizados.
Claves para que un spa evolucione hacia la salud preventiva
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Redefinir el propósito del spa
Un spa puede ser un pilar del hotel, fidelizador de clientes y fuente de ingresos estable si se alinea con las motivaciones actuales: gestión del estrés, descanso profundo, autocuidado consciente. -
Formación y especialización del equipo
Los nuevos perfiles wellness requieren profesionales formados en piel, masaje, nutrición, salud hormonal, longevidad, etc. Un equipo capacitado transmite confianza y construye reputación. -
Diseño de programas integrales
Experiencias de transformación que combinen tratamiento, descanso, contenido educativo y continuidad tras la estancia. -
Sinergias internas y externas
Colaboraciones con médicos integrativos, terapeutas, coaches, expertos en longevidad o mindfulness potencian la autoridad del spa. -
Comunicación centrada en salud y bienestar, no solo estética
Hablar de vitalidad, prevención, regeneración o longevidad conecta más con el nuevo consumidor que términos puramente cosméticos.
Una industria que ya supera al turismo y la tecnología
El tamaño de la industria del bienestar supera a sectores como:
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Industria farmacéutica: 1,6 billones USD
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Tecnología de la información: 4,97 billones USD
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Turismo tradicional: 4,65 billones USD
El bienestar no es una moda: es una fuerza económica consolidada, transversal e impulsada por la necesidad de vivir más y mejor.
Conclusión: posicionarse hoy, liderar mañana
Los spas que entiendan esta transformación atraerán a un nuevo perfil de cliente y se convertirán en activos clave para sus hoteles, marcas o destinos. La oportunidad está en evolucionar del bienestar momentáneo al bienestar estratégico.
El futuro del spa no es sensorial: es consciente, preventivo y profundamente humano.
Fuente: Informe “The Global Wellness Economy 2024”, Global Wellness Institute