Los productos naturales actúan de una forma distinta a aquellos que incluyen componentes químicos en su fórmula. Sin embargo, pese a que pueda parecer que no responden igual, a largo plazo los beneficios se multiplican y superan la acción de los ingredientes artificiales y, con el paso del tiempo, el cabello presenta un aspecto más sano y más bonito.
Además de evitar los productos sintéticos que pueden dañar el cabello, así como las altas temperaturas, ya sean del secador o la plancha, debemos nutrir el cabello desde dentro mediante una alimentación sana y equilibrada. El cabello al igual que la piel, está expuesto muchos factores que lo pueden debilitar, ya sea por mala alimentación, por el clima, el uso de productos químicos, los cambios hormonales, entre otros. Cuando el cabello se debilita y pierde vigor, se acelera el proceso de caída, se deshidrata, luce reseco, pierde brillo y estéticamente no se ve bien. El cabello es altamente poroso, absorbe fácilmente las sustancias con las que lo tratamos, así que aplicar ingredientes naturales puede beneficiarnos en varios aspectos. Recurrir a productos a base de elementos naturales puede convertirse en una cuestión de salud y responsabilidad medio ambiental. Asimismo, las plantas llevan siglos utilizándose para alcanzar y conservar la belleza, así que deberíamos aprovecharnos de todo su potencial.
La energía de los vegetales
Para cada característica o problema del cabello existe un remedio natural.
El romero es una planta que nutre el cabello, lo fortalece, estimula su crecimiento y ayuda a evitar la aparición de canas.
El aceite de oliva lo ayuda a hidratar y lo hace lucir con un brillo espectacular.
El aloe vera es conocido por sus múltiples propiedades, tanto para el cuidado de la piel, como para el cuidado del cabello. Sus vitaminas fortalecen el cabello de forma natural, evitando la caída, aportando grosor, hidratando y nutriendo para que luzca saludable y bonito.
El aguacate se caracteriza por ser uno de los mejores tratamientos naturales para fortalecer el cabello y hacer que muestre una bonita apariencia. Sus vitaminas y aceites nutren profundamente el cabello, lo hacen lucir brillante, estimulan su crecimiento y lo fortalecen contra la caída.
El extracto de ortigas y jojoba en forma de aceites de primera calidad refuerzan la estructura del cabello y los suavizan intensamente cuando se aplica en forma de mascarilla.
El extracto de bambú como producto de acabado, nos ayuda a moldear guardando una cierta flexibilidad. Los fijadores, esprays y gominas son los productos de peinado que acostumbran a contener más sustancias nocivas derivadas del petróleo, sin embargo, la alternativa natural no lo reseca y consigue dar forma y volumen al cabello y, también, una fijación flexible que da soltura y elasticidad a los rizos manteniendo la humedad. La henna incolora, el aceite de sésamo y la glicerina vegetal aportan asimismo elasticidad y volumen.
Tratamientos profundamente naturales
Para purificar nuestra melena, podemos realizar un tratamiento altamente antioxidante con aceite de pepita de uva y algas, que elimina las sustancias químicas tóxicas, incluso los metales pesados. Un tratamiento ideal para cabellos maltratados químicamente, que proporciona juventud, brillo y una sedosidad espectacular.
Si lo que queremos es conseguir un extra de brillo y protección, un ritual a base de cassia obovata, también conocida como henna rubia o henna neutra, recubre la cutícula, fortaleciendo el cabello y restaurando la elasticidad, la energía y un brillo natural espectacular.
Para desestresar nuestra melena un cóctel de algas, plantas mediterráneas y agua de mar aportará los minerales y oligoelementos que el cabello necesita para reparar los estragos del estrés. Este tratamiento relajante es ideal para frenar la caída en cabellos debilitados.
Cuando queremos conseguir un extra de hidratación, una mascarilla a base de karité y aceite de almendras aporta grandes dosis de vitaminas A, B y E, grandes aliados antioxidantes y devolverá el cuerpo y el vigor a cabellos frágiles, sin vida y con el cuero cabelludo irritado.
Aceites
Las mascarillas a base de aceites puros vegetales son la mejor y más natural alternativa para cuidar el cabello. Su aplicación permite evitar acondicionadores y lo mantiene altamente cuidado. Los aceites se aplican siempre en seco y fuera de la exposición solar, por lo que es preferible utilizarlos de noche. Se debe aplicar empapando bien el cabello desde la raíz a las puntas y, pese a lo que pueda parecer, no engrasan el cabello. Los aceites de primera prensada en frío son ricos en vitaminas liposolubles, ácido linoleico omega 6 y antioxidantes. Además, son bajos en ácidos grasos saturados por lo que contribuyen a regular el exceso de grasa en cabellos grasos. La función protectora del aceite se queda en las capas superficiales del cabello y su acción reguladora sebácea ocurre a nivel del cuero cabelludo (folículos pilosabáceos).