Ya es mayo… y huele a verano. Las clientas buscan resultados visibles, rápidos y —muchas veces— con expectativas poco realistas. Pero como profesional de la estética, tu misión es traducir la prisa en proceso, y ofrecer un plan que sea eficaz, seguro y alineado con sus verdaderas necesidades.
Porque un buen tratamiento corporal no empieza con aparatología… empieza con escucha.
¿Qué busca realmente tu clienta?
En esta época, las motivaciones más habituales para acudir al centro son:
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"Quiero perder volumen"
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"Necesito reafirmar"
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"Tengo mucha retención"
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"Quiero llegar bien al verano"
Pero detrás de esas frases suele haber hábitos, estrés, sedentarismo o cambios hormonales. Por eso, el primer paso es detectar qué tipo de tratamiento necesita realmente: drenante, reductor, reafirmante o una combinación de ellos.
¿Qué tiene sentido ofrecer ahora?
Diseña tu protocolo en fases. Un buen plan debe:
Drenar primero
Antes de modelar o reafirmar, es clave liberar líquidos, descongestionar tejidos y mejorar la circulación.
Trabajar el tejido en profundidad
Con aparatología (ondas, radiofrecuencia, ultrasonidos) o técnicas manuales (maderoterapia, remodelantes), según el diagnóstico.
Reeducar con hábitos
No prometas milagros sin implicar a la clienta: hidratación, alimentación y movimiento deben acompañar al tratamiento.
Cuidar la piel
No olvides la parte cosmética: muchas veces la piel llega a mayo deshidratada, áspera o apagada. Un buen protocolo corporal también nutre, suaviza y prepara la piel para el verano.
Qué debes tener en cuenta como profesional
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Frecuencia realista: plantea sesiones asumibles para su agenda y su bolsillo.
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No subestimes lo manual: muchas veces, unas buenas manos consiguen más fidelización que la mejor máquina.
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Explica cada paso: cuando la clienta comprende lo que haces y por qué, se siente cuidada y se compromete más.
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Haz seguimiento: aunque no venga cada semana, interesarte por su evolución mantiene vivo el vínculo profesional.
Protocolo base para mayo (modificable según cada caso)
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Exfoliación corporal (enzimática o mecánica)
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Masaje con técnica drenante + termoterapia suave
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Aplicación de principio activo específico (lipolítico, reafirmante, anticelulítico)
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Sesión con aparatología (si procede)
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Mascarilla corporal o envoltura
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Final con crema o aceite reafirmante
Todo ello en un ambiente que invite al bienestar. Recuerda: si el tratamiento también relaja, fideliza.
Mayo es el mes donde la piel se descubre… y tú, como profesional, puedes ayudar a que cada clienta se sienta cómoda en ella.
Diseñar un protocolo eficaz es una muestra de compromiso, conocimiento y respeto por su cuerpo y su proceso.
Porque cuidar, también es enseñar a cuidarse.