Sí, se puede —y se debe— combinar la vitamina C con el protector solar. Esta poderosa dupla no solo es segura, sino que también potencia la protección de tu piel frente a los efectos nocivos del sol y la contaminación.
La vitamina C es un antioxidante que neutraliza los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro, las manchas y la pérdida de luminosidad. Aunque el protector solar actúa como una barrera física o química contra los rayos UVA y UVB, no bloquea completamente el daño causado por la radiación solar. Ahí es donde entra la vitamina C: complementa la acción del fotoprotector reforzando la defensa celular desde el interior.
Para aprovechar todos sus beneficios, se recomienda aplicar un sérum con vitamina C por la mañana, sobre la piel limpia y seca. Una vez absorbido (suele tardar unos segundos), se aplica el protector solar como último paso de la rutina. Es fundamental que el protector tenga un SPF de al menos 30 y, preferiblemente, que sea de amplio espectro.
Además de prevenir el daño solar, esta combinación ayuda a unificar el tono de la piel, reducir la hiperpigmentación y aportar un extra de luminosidad. Es ideal para todo tipo de pieles, incluso las sensibles, siempre que se elijan fórmulas adecuadas.
En resumen: vitamina C y protector solar no solo son compatibles, sino que juntos forman un tándem imprescindible para el cuidado diario del rostro. Incorporarlos a tu rutina matutina puede marcar una gran diferencia en la salud y apariencia de tu piel a largo plazo.