Por todos es sabido que el contorno de los ojos es una zona mucho más delicada que el resto del rostro, pero lo que la hace aún más sensible es la proximidad con los ojos. En esta zona aplicamos cosméticos y maquillaje, siendo este último el que más reacciones alérgicas produce.
Los productos para el maquillaje son los que más inducen a este tipo de problemas, ya que su aplicación siempre se realiza muy próxima al ojo o incluso en contacto directo con la mucosa ocular. Un producto que no sea hipoalergénico o que contenga algún componente irritante puede provocar conjuntivitis alérgicas, irritaciones intraoculares o, en el peor de los casos, una ulcera corneal, directamente relacionada con alguna sustancia o bien con un uso inadecuado del mismo.
Además, si se utilizan lentes de contacto, se multiplican las posibilidades de padecer una afección ocular o el llamado síndrome del ojo seco, por lo que el uso del maquillaje es aún más perjudicial. Entre los tintes y colores empleados en máscaras de pestañas y lápices delineadores se encuentra el agua, solventes como el isododecano, formadores de película, conservantes y ceras de origen vegetal, animal, mineral, pigmentos y polímeros fijadores. Todos estos componentes pueden afectar las glándulas de Meibomio llegando a obstruir su funcionamiento. Éstas son unas glándulas sebáceas responsables de la secreción lipídica situadas en el interior del párpado que, junto con las glándulas lagrimales, contribuyen al mantenimiento de la higiene del ojo, limpiándolo y manteniéndolo libre de impurezas. Su obstrucción puede ocasionar orzuelos, blefaritis, entre otras alteraciones.
Es fundamental acostumbrarnos a leer el etiquetado y tener en cuenta la fecha de caducidad. Una vez abierto el producto, deberemos dejar de utilizarlo al cabo de un año. También es importante cambiar la máscara de pestañas cada tres meses. Al elegir un delineador de ojos debemos comprobar si es hipoalergénico y que haya superado los análisis dermatológicos y oftalmológicos. También comprobar que entre sus componentes no se encuentren ni la lanolina o parafinas, ingredientes utilizados para que el color se fije de forma prolongada y que a la larga provocan irritación.Así, estas sustancias dan consistencia al lápiz y una vez en el ojo pueden obstruir las ya mencionadas glándulas meibomianas.
En cuanto a las máscaras de pestañas, deben ser también hipoalergénicas y su fórmula debe ser al agua. En cuanto a su composición debemos observar que no aparezcan ingredientes como el rayón o nylon en fibra, ya que al secarse se cuartean, desprendiéndose y alcanzando el interior del ojo. Otra recomendación de los expertos es no abusar del maquillaje, no perfilando el interior del ojo, lagrimal o parte interna de las pestañas, puesto que son las áreas que están en contacto directo con la córnea. También es preferible evitar o no hacer un uso continuado de los cosméticos resistentes al agua o waterproof, su formulación contiene disolventes parecidos a la pintura al óleo, lo que la hacen más abrasivos. Si tenemos los ojos secos, deberíamos evitar los maquillajes metálicos (glitter) o en polvo, ya que pueden ocasionar irritaciones e infecciones en la córnea.
En cuanto al modo de maquillarnos, según un estudio realizado por la Clínica Rementeria, el 66% de las mujeres utiliza sombra de ojos, el 68% máscara de pestañas, el 64% delineador y el 48% cremas de distintos tipos.
Entre las mujeres que se perfilan con lápiz el ojo, la mitad lo hacía por dentro de las pestañas y la otra mitad en su base, lo que las expone a irritaciones, molestias, enrojecimiento, conjuntivitis tóxica o intolerancia a las lentes de contacto. Por tanto, delinear con el lápiz en la base de las pestañas reduce las molestias, aumenta la seguridad y mejora los síntomas oculares. En relación con el uso de lentillas, el 38% afirma maquillarse cuando las utiliza.
Seguir unos hábitos de higiene facilitará en mucho la salud de nuestros ojos. Si los hemos maquillado es vital desmaquillarlos correctamente con un producto suave adecuado a las características de esta zona y que a la vez arrastre el maquillaje. Utilizaremos discos de algodón empapados en el producto desmaquillante, presionando sobre el ojo y permitiendo que haga su efecto. Tanto si empleamos discos o toallitas evitaremos frotar los ojos y daremos golpecitos de dentro hacia fuera. Debido a la sensibilidad de la zona lo más recomendable es recurrir a productos ecológicos o que contengan una formulación lo más natural posible.
Como concluye el Dr. Hurtado Ceña, jefe de sección de Estrabismo y Oftalmología Pediátrica de la Clínica Rementeria, ͞desde el punto de vista oftalmológico, el maquillaje periocular debería reducirse al mínimo número de productos, que tengan componentes naturales o no resistentes al agua, no pasar del límite de las pestañas hacia dentro para limitar el contacto con el ojo y usar productos suaves para desmaquillarse. En las pieles con problemas médicos o en portadores de lentes de contacto, habría que extremar estas precauciones.
La belleza de nuestros ojos depende de su salud y de la atención y cuidados con los que son tratados. Las formulaciones respetuosas con su naturaleza y funciones y unos hábitos higiénicos adecuados nos garantizaran una mirada de infarto por más tiempo.
Revista Vida Estética – Edición Octubre 2017