Este año las novias son más especiales que nunca. La COVID-19 ha obligado a modificar todos nuestros planes, proyectos y hábitos de vida, siendo el nupcial uno en los que el impacto provocó una verdadera parálisis. Sin embargo, las novias lo han seguido viviendo con la misma ilusión, adaptándose a las circunstancias o bien aplazando la ceremonia. Así lo demuestran los datos, la mayoría de las bodas han buscado una nueva fecha, sobre todo para el otoño y el 2021, o bien se han celebrado con un formato adaptado a las circunstancias de cada momento.
La pandemia ha tenido un claro impacto en la salud, pero también en la economía, no solo de las empresas del sector nupcial, también los presupuestos se han reducido. Así lo afirma la estilista y experta en novias, Raquel Saiz (Salón Blue by Raquel Saiz), “Los formatos se han reducido y ahora las ceremonias son más íntimas no solo porque existe una limitación de aforo, sino porque los novios prefieren reducir el gasto, sobre todo en el número de invitados, y optar por ceremonias más sencillas. De todos modos, eso no significa que la novia no quiera verse guapa y sentirse especial, la mayor inversión sigue siendo el vestido y la peluquería.”
Novias sencillas que pretenden expresar del mismo modo toda su esencia y disfrutar al máximo de uno de los días que recordarán siempre. Quizá la ceremonia se simplifica, pero la ilusión y la trascendencia se mantienen. Los peinados y vestidos que escogen buscan la naturalidad dentro de cada estilo, aunque sin prescindir del brillo que aporta una singularidad como esta. No es una novedad por la pandemia, es una tendencia que se consolida aun más en este nuevo escenario, tal y como nos confirma Charo García de Salón Ilitia: “Las novias muy pomposas hace tiempo que pasaron a la historia. Ahora quieren verse especiales y naturales al mismo tiempo, cada una en su estilo. Las hay románticas que dejan mechones sueltos en el cabello, al mismo tiempo que llevan un lazo o un accesorio joya en el cabello. O las que prefieren ir con el pelo suelto y recogerlo con una diadema lujosa. Y a la hora de vestirse, lo mismo, siluetas naturales y fluidas siempre con los delicados tejidos nupciales que nos recuerdan que es un acontecimiento especial. En definitiva, son naturales, pero con pequeños destellos de sofisticación que iluminan, pero no abruman.”
Por tanto, la tendencia es ir cada vez más a ceremonias en las que prima la naturalidad y todo aquello sofisticado aparece de forma sutil para iluminar aun más a la novia y recordar que es un ritual trascendente y durante siglos sagrado. Eso se refleja en que ellas dan un paso más allá en su estilo, lo que les permite conservar su esencia. Les da paso a otras posibilidades, a otros tipos de novias como aquellas que no renuncian a los maquillajes más marcados o vestidos de fiesta. Los perfiles de las novias se han ido enriqueciendo con el paso de los años y aunque la pandemia haya cambiado los planes, no ha modificado las intenciones. Se mantiene la individualización como tendencia y se sigue reconociendo el acontecimiento como un momento muy especial. “Cada novia es única y ahora más que nunca pretenden expresar su identidad sin perder la oportunidad de verse como no lo habían hecho nunca. Las novias también pueden llevar el pelo corto o ir planas, maquillarse los labios de rojo o llevar un vestido mini. No hay nada escrito y son ellas las que deciden qué novias son y nosotros como profesionales las acompañamos en este bonito viaje, asesorándolas sobre lo que mejor les sienta manteniendo siempre su identidad”, explica Olga García de Olga García Estilistas.
