MICROPIGMENTACIÓN ONCOLÓGICA: CUANDO LA ESTÉTICA RECONSTRUYE LA AUTOESTIMA

Publicado 18 ago. 2020 por redaccion

La micropigmentación tiene varios ámbitos diferentes: estética, capilar y otra muy específica que es la oncológica. En el caso de la micropigmentación paramédica; se utiliza para corregir, reparar y reconstruir zonas dañadas o zonas intervenidas quirúrgicamente tras la quimioterapia, ayudando a crear un efecto óptico que permitirá recuperar la sensación visual de los senos.


Los tratamientos de micropigmentación oncológico se desarrollan en dos momentos muy diferentes de la enfermedad:


En primer lugar, los tratamientos a realizar previos, antes de la quimioterapia, para amortiguar los efectos causados por la pérdida del pelo en las cejas y las pestañas.


Una vez acabado el tratamiento médico, tras finalizar el proceso y para ayudar a amortiguar los efectos no deseados y las secuelas que dejan las masectomía.


Somos la última etapa en cualquier cirugía mamaria, bien para camuflar cicatrices periareolares o bien para la creación placa areola-pezón y creación pezón 3D por inexistencia.  Trabajamos con colores que nos ayudan a dar volumen y crear sensación óptica de volumen y realidad.


Los pacientes son derivados por especialistas médicos de hospitales públicos/privados, asociaciones de lucha contra el cáncer, asociaciones de mujeres mastectomizadas o fundaciones especializadas.


¿Qué conseguimos con este tipo de micropigmentaciones?  Que  los pacientes  puedan recuperar su normalidad. Les ayudamos a sentirse completas de nuevo, a volver a verse en un espejo y mostrarse de nuevo ante los demás, sin vergüenzas ni complejos.  En definitiva, a recuperar su autoestima y seguridad después de la mastectomía.


Este tratamiento ayuda a paliar traumas psicológicos: cuanto más natural sea el resultado, más lograremos que la clienta olvide el trauma sufrido.



El proceso  para realizar este tipo de trabajos es muy sencillo.  Acuden a nuestros centros para conseguir asesoramiento.  Por ello, las profesionales lo primero que debemos hacer es valorar su tejido, el tipo de intervención que han sufrido, conocer el tiempo que ha pasado desde la intervención por si es necesario esperar un poco a realizar la micropigmentación.  Tras esta valoración, hacemos una prueba de colores para ver el tono que mejor se ajusta a nuestras pacientes.  El abanico de colores busca asemejarse a las variantes cutáneas.


Analizamos la zona de trabajo: tono de piel (claro / oscuro), y subtono (base roja / azulada / amarilla / verdosa). Una vez hecha la mezcla pigmentaria, realizaremos pruebas tópicas sobreponiendo el pigmento a la zona de tratamiento. Después le hacemos una prueba de color con nuestras máquinas de micropigmentación.


Además, realizaremos un dibujo previo de las areolas con lápiz con la clienta delante del espejo, de pie.




  • Si hay areola sana: calcarla

  • Si no hay areola: dibujar con el consentimiento de la clienta

  • The Penn Triangle: método para la localización geométrica del pezón


Una vez marcados los pezones imaginarios dibujamos una areola, con un plástico especial lo transferimos y traspasamos el mismo dibujo al otro pecho. De esta forma conseguiremos una gran simetría


Una vez terminado este estudio, les damos una cita y en una hora u hora y media el tratamiento paramédico está realizado. Sin dolor y sin traumas.


 Nuestras pacientes llevarán durante siete días un apósito, sin curas, sin medicación y pudiendo realizar una vida normal.  A los quince días citamos de nuevo a nuestras pacientes para valorar el resultado final y, si es necesario, a las cinco semanas les terminamos el tratamiento con un segundo retoque.  Fin del proceso.


Hoy en día para trabajar este tipo de tratamiento contamos con una aparatología que permite unas agujas óptimas para crear volumen:  1 liner, 3 micro y 9 magnum serían las más indicadas.


Como mujeres, sabemos que son temas muy sensibles, nos exige tener una gran empatía, ser muy éticas y muy profesionales.  Ellas necesitan de nuestra complicidad y nuestra profesionalidad para ayudarles a sentirse mejor después de todo lo que han pasado.


Como profesional, posiblemente es el tratamiento más satisfactorio que podemos realizar.  Provocar una sonrisa al verse “completas” de nuevo, verla llorar de felicidad y satisfacción en súper gratificante y al menos en mi caso me hace sentirme plena y orgullosa de mi profesión.  Porque aportar nuestro granito de arena para que ellas puedan volver a sentirse bien es algo que no tiene precio.


Información:
Ane Arrieta
eugeniaarrieta.com
redaccion

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Publicado 18º ago. 2020

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