Microblading: Una técnica oriental

Publicado 17 abr. 2018 por cosmobelleza

Microblading, la técnica oriental que realza la belleza de las cejas


A pesar de que la técnica se introdujo en España hace solamente cuatro años, es ahora cuando empieza a sonar con más fuerza despertando gran interés entre profesionales y clientes de ambos sexos que, cada vez más, buscan un resultado realista y profesional.


Aunque con microblading podríamos hacer gran parte de los trabajos realizados con el dermógrafo de micropigmentación, el servicio más demandado y con diferencia con el de mejor resultado, es el centrado en las cejas, donde se puede realizar una reconstrucción, un relleno, la corrección de antiguos trabajos de micropigmentación o integración total; logrando un efecto 3D.


El microblading, a pesar de ser una extensión de la micropigmentación, son dos técnicas separadas por grandes diferencias, puesto que el microblading es de ejecución totalmente artesanal.


Se mojan las agujas en la tinta y se van realizando los trazos, como si de una pluma de escritura convencional se tratase, con lo que se requiere un poco más de tiempo en el desarrollo, se destruye menos tejido y es una técnica más segura si se siguen y tienen en cuenta los cuidados de higiene en un ambiente estéril.


Es una técnica ancestral originaria de Japón, donde insertaban puntas de hierro en palitos de madera y mojando dicha punta de hierro en tinta dibujaban la piel rasgando la epidermis. Actualmente, se usa una pluma o tebori, que lleva en un extremo una pieza desechable, tipo bisturí, compuesta por agujas alineadas fijas, con las que dibujamos pelo a pelo la ceja, mediante rasgado manual.


Este rasgado manual sobre la piel produce un sonido muy característico llamado shakki.


Dependiendo de la cantidad de agujas alineadas que compongan el “bisturí” seleccionado (3, 7,14, etc.), conseguiremos que los trazos sean más gruesos o más finos.


Cuantas menos agujas usemos, conseguiremos trazos más finos; cuantas más agujas usemos, trazos más gruesos o podremos incluso realizar sombreados.


También es importante la forma y longitud de las agujas, si las agujas alineadas están en forma biselada o en forma de pincel de lengua.


Esta técnica es más superficial que la micropigmentación (con una penetración de tinta de entre 0,2/0,5 mm) y, por lo tanto, bastante más superficial que un tatuaje (0,7 mm).


Su duración oscila entre ocho meses y año y medio, dependerá del tipo de piel y de los cuidados posteriores; ya que, en piel mixta /grasa la duración es siempre menor. Al cabo de este tiempo desaparece totalmente, otra de las ventajas, puesto que no se necesitaría láser para eliminar restos.


Los pigmentos utilizados son de iguales características a los de micropigmentación, pigmentos inorgánicos con base mineral e hipoalergénicos en formato no superior a 3 gr., puesto que suelen ser de un solo uso.


Hay que tener en cuenta que recién terminado el trabajo, la ceja se verá más oscura y que en el transcurso de la cicatrización perderá alrededor de un 30% de intensidad en el tono. Es recomendable citar al cliente al cabo de un mes para comprobar la cicatrización, el tono y realizar un repaso si fuese necesario.


Cuando iniciamos el servicio de microblading es necesario tener conocimientos de las proporciones faciales, medidas áureas que trasladaremos al rostro del cliente ayudándonos de un calibre, que nos facilita la adaptación de los trazos guía de la ceja.


Por lo tanto, podemos comprobar que la longitud natural del 90% de las cejas es 5 cm, 5,5 cm en rostros muy anchos (3cm desde el inicio hasta el punto de altura, el punto más alto de la ceja y 2 cm desde el punto de altura hasta el final de la ceja, dirección sien) y que el grosor ideal es 0,7 cm, aunque puede variar según preferencia del cliente de 0,4 a 1 cm.


Además de las cejas, cada vez es más usada en estética masculina, concretamente en el cuero cabelludo, donde esta técnica permite una simulación artística del cabello que puede ser utilizada para tratar eficazmente cualquier tipo de calvicie, alopecia, pérdida de la línea de nacimiento frontal, línea capilar y pérdida de patillas, entre otros.


Es una técnica que oscurece el cuero cabelludo mediante la replicación de los folículos pilosos y que se lleva a cabo de forma diferente dependiendo de las preferencias y circunstancias.


La forma de aplicación es diferente, puesto que se trabaja punteando con la pluma, y las agujas para dicha técnica serán de las más estrechas, se trata al igual que en otras zonas de inyectar tinta bajo la piel del cuero cabelludo, de manera más superficial.


Hay que tener en cuenta que esta técnica, al tener una penetración menor que la micropigmentación y tatuaje, durará menos que un trabajo realizado en cejas, alrededor de unos 6 meses, donde será necesario el mantenimiento; también la piel del cuero cabelludo regenera más deprisa.


Es un servicio que requiere la firma del cliente en un consentimiento informado, como cualquier otro servicio de centro de estética, en el que se explica todo el proceso y cuidados posteriores.


No es un servicio totalmente indoloro, aunque está muy sujeto a diversas sensibilidades pudiendo resultar molesto.


Tiene muy pocas contraindicaciones: personas que sufran cardiopatías tratadas con acenocumarol, que es un anticoagulante derivado de la cumarina o similares, o clientes que padecen hemofilia, puesto que este tipo de clientes sangran bastante durante el proceso y esto dificulta la permanencia de la tinta en la piel.


Tampoco es recomendable en personas durante tratamiento el oncológico. En cambio, no hay ningún tipo de problema en personas diabéticas, puesto que el rasgado es muy superficial.


La duración del servicio es de no más de una hora una vez tengamos el diseño confirmado por el cliente.


Información:  Prodube

 

 
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Publicado 17º abr. 2018

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