Publicado
10 sep. 2021
por cosmobelleza
Iniciaron su carrera hace más de 40 años y se diferenciaron porque trataron la piel como un órgano importantísimo para la salud del organismo. Hoy han creado Saurina Institut Científic, un centro de referencia europeo de la estética científica.¿Cuál ha sido el salto más espectacular en cuanto a tratamientos profesionales de estética?
Creemos que la investigación, la I+D ha sido básica para avanzar y evolucionar en este aspecto, ya que ha habido cambios tanto a nivel de principios activos como de aparatología que nos permiten actuar, además de la epidermis, en la dermis e hipodermis, algo básico para el éxito de los tratamientos. Las empresas que desarrollan tecnología en aparatología y médico estéticas han hecho grandes inversiones y esfuerzos para poder proporcionarnos herramientas que nos permiten llegar a actuar donde necesitamos. Esto ha tenido una parte positiva, que nos permiten conseguir resultados impensables tiempo atrás, pero también una negativa, ya que muchas veces se están utilizando sin una finalidad adecuada, sin un estudio previo del paciente y sin considerar las contraindicaciones, lo que lleva a resultados insatisfactorios e incluso a efectos no deseados. En este sentido, muchos centros se focalizan en buscar, ofrecer la novedad y el rendimiento económico, perdiendo de vista el objetivo, que es ayudar al paciente a encontrar la fórmula más efectiva para solucionar su problema estético y de salud de la piel.
¿A nivel cosmético cuál ha sido el gran avance científico?
Para nosotras sin duda ha sido la nanotecnología aplicada en la cosmética y activos, tanto en productos a nivel corporal como facial. Debemos dejar de llevarnos por la parte publicitaria y modas de los productos cosméticos y centrarnos en sus efectos y resultados. Nanocosmética también hay mucha y variada, pero debemos entender que sólo es interesante la que nos ayuda a actuar en dermis, que es donde suceden los procesos celulares, descartando otras que por el tamaño de la partícula “nano” quedan en la superficie sin poder penetrar.
¿En qué ha cambiado la forma de trabajar de una esteticista en estos últimos 40 años?
Nos encontramos que los nuevos profesionales de la estética no están suficientemente formados, y cuando incorporamos nuevo personal en Saurina Institut Cientific, tenemos que realizar un periodo de formación intenso para que adquieran el nivel adecuado. Se gradúan con un nivel muy básico para una profesión que realmente requiere muchos conocimientos, tanto para realizar tratamientos como para diagnosticar correctamente. Esto es algo que años atrás no pasaba o pasaba menos, por lo que pensamos que la formación debería ir en consonancia al salto tecnológico del que hablábamos anteriormente, y quizá realizar especializaciones según el tipo de estética que se quiera estudiar o desarrollar, es decir, no es igual la esteticista que quiera dedicarse a la parte más decorativa (maquillaje, manicura…), a otras profesionales que quieran especializarse en el cuidado de la piel y tratamientos que se acercan más al área sanitaria. En el caso de corporal, en Saurina Institut Cientific desde sus inicios, contamos con fisioterapeutas porque su formación y conocimiento del cuerpo es mucho más profundo y la situación es completamente diferente. La forma de trabajar ha cambiado a medida que se ha ido incorporando tecnología, ya que inicialmente no existía prácticamente aparatología y todo se hacía de forma manual.
¿Qué recomendáis a las jóvenes esteticistas, que ahora empiezan, para tener éxito?
Que escojan la profesión por vocación. Que estudien y profundicen, que realicen estética científica. Esa será la forma de profesionalizar al sector y que se valore la estética como es debido.
¿Cuál ha sido la clave de vuestro éxito profesional, liderando el sector durante tantos años?
Nuestra clave de éxito creemos que ha sido el estudio constante, la investigación, la dedicación absoluta a nuestra profesión. Amar la profesión y transmitir esa pasión al equipo que forma Saurina, porque cada día es un nuevo reto que afrontar.