Los movimientos repetitivos son responsables, en buena parte, del origen de diferentes dolores que afectan a las esteticistas en su día a día. También tienen mucho que ver las posiciones estáticas o con poca movilidad, según Bernat Domene, homeópata, naturópata y terapeuta manual. Domene nos da las claves para trabajar de forma saludable y llevadera en el reportaje que podéis leer en la próxima revista Vida Estética & Spa en unos días.
Desde hace 31 años, Bernat Domene trabaja como terapeuta manual, compartiendo espacio de trabajo con su esposa, esteticista durante 40 años. Por lo tanto, conoce de primera mano las dolencias que afectan a las esteticistas y profesionales de la belleza. “Las he sufrido y tratado durante años”, admite. Según Domene, los movimientos repetitivos son responsables, en buena parte, del origen de diferentes dolores que solo se manifiestan mientras se efectúan determinados movimientos. Esto se debe a la irritación, inflamación y deterioro de las zonas tendinosas en su inserción en el periostio, o tendinitis. “Suelen aparecer en manos y extremidades superiores. Las tendinitis más molestas y dolorosas se concentran en la musculatura de los antebrazos, aunque el dolor puede manifestarse en manos y dedos”, explica Domene.
Dolencias resultado de largas jornadas de trabajo
Sin embargo, los problemas derivados de las horas de trabajo continuadas y las posiciones estáticas o con poca movilidad representan un porcentaje más alto que las tendinitis o dolencias fruto de movimientos repetitivos, según Domene. El experto lo aclara así: “Estas posiciones ocasionan sobrecargas en la musculatura de la espalda, más acentuadas en zonas cervicales y trapecios. Estas sobrecargas suelen provocar dolor a lo largo de las extremidades superiores, con parestesias en manos y dedos, importantes cervicalgias, vértigos y migrañas, además de las típicas limitaciones de movimiento con dolor”.
En estos casos coinciden varios factores que generan dolor constante o “machacón”, a diferencia de las tendinitis. El dolor no remite durante las horas de trabajo y se puede acentuar durante el reposo. Es decir, mientras estamos sentadas o acostadas en el sofá o la cama. “La culpable principal de estas dolencias -prosigue- suele ser la somatización de los problemas cotidianos, familiares, la responsabilidad en nuestro trabajo, la necesidad de cubrir unos mínimos económicos que no dependen de nosotros, el estrés, etcétera”.
Bernat Domene.
Por otra parte, los cambios de temperatura pueden ocasionar contracciones musculares muy rápidas, bruscas y persistentes, llegando a comprimir ramas nerviosas con el consiguiente dolor. Por último, cabría citar el dolor provocado por el desequilibrio muscular, consecuencia del desarrollo de nuestro trabajo.
No os perdáis los consejos de Bernat Domene para paliar las dolencias y contracturas en vuestros centros de trabajo en el reportaje que publicaremos en unos días.
Avance de la próxima revista Vida Estética, Spa & Wellness edición febrero-marzo
Por Anna León