Por Mónica Collell y Cristina Casaldàliga
En estética profesional es crucial formarse constantemente por motivos más allá de la simple adquisición de conocimientos. En esta profesión, las formaciones evolucionan constantemente para adaptarse a las nuevas demandas del mercado, los avances tecnológicos y la creciente integración con la medicina estética.
Un profesional actualizado puede ofrecer los tratamientos más avanzados y efectivos, además de captar clientela que demanda lo último en cuidado estético por parte de centros con valor añadido. Los clientes confían más en profesionales que están claramente comprometidos con su educación y desarrollo. Mostrar que se invierte en formación continua refuerza la confianza del usuario. Este percibe que recibe el mejor servicio posible, algo fundamental para construir una base de clientes leales.
Mónica Collell y Cristina Casaldàliga
Áreas formativas en evolución
Si nos fijamos en las áreas de formación que se actualizan continuamente, nos daremos cuenta de dos cosas: por un lado, reflejan las tendencias actuales en el sector; por otro lado, también subrayan la creciente integración entre estética y medicina estética. Ello permite ofrecer tratamientos más completos y basados en evidencias científicas. Esto sucede claramente en ámbitos como las alternativas no invasivas que ofrecen resultados comparables a los procedimientos médico estéticos quirúrgicos, impulsando la evolución de estas técnicas. De ahí la creciente oferta en técnicas de rejuvenecimiento facial o de remodelación corporal no invasivas.
Lee este artículo de opinión completo en nuestra edición de octubre-noviembre.