La tendencia por depilar y rasurar la zona intima femenina de los últimos años se contrarresta con el deseo de volver a lucirla con un aspecto natural. Los motivos para conservar el pelo púbico pueden ser diversos, estéticos y también de salud, no hemos de olvidar la función de barrera como protector natural que produce el vello ante la entrada de patógenos al sistema urogenital, principalmente en las mujeres, ya que la vagina es mucho más ancha y accesible para los gérmenes que el conducto masculino.
Por diferentes motivos una persona puede decidir realizarse implantes púbicos, además la cirugía intima, el rejuvenecimiento genital, está en auge, lo que demuestra la preocupación por el aspecto y la salud de esta parte del cuerpo. Así, un exceso en depilación o incluso haber recurrido a la depilación definitiva o una alopecia en esta zona pueden animar a algunas mujeres a corregir la escasez de vello.
Las causas más frecuentes que provocan una pérdida de pelo son varias:
- La menopausia provoca cambios hormonales que precipitan la desaparición de manto capilar. El vello íntimo sufre la pérdida de densidad pilosa debido a tres causas. La primera es que mediante este proceso hormonal disminuye la capacidad de regeneración de las células. También se ralentiza la vascularización, por lo que el aporte de oxígeno al lecho capilar es menor. Por último, en esta etapa aumentan los niveles androgénicos y disminuyen los niveles de estrógenos, aspecto directamente relacionado con el déficit de vascularización de los tejidos. Asimismo, el vello, debido a la disminución de la presencia de melanina se vuelve canoso.
- Un exceso de depilación también puede ocasionar una pérdida definitiva. Por tanto, mujeres que habían optado por una eliminación completa del vello genital, con el tiempo han corregido la apariencia lampiña del pubis.
- Otro aspecto a tener en cuenta es el factor cultural, en algunas sociedades el vello púbico está asociado a la madurez, por lo que su carencia no está bien considerada.
¿Cómo se realiza un trasplante de pelo púbico?
El trasplante se realiza con pelo propio de una zona donante a la zona trasplantada. El pelo se extrae de la zona occipital de la nuca, axilas o el propio pubis, por ser zonas donde el cabello acostumbra a mantenerse siempre, durante una sesión ambulatoria, aunque puede extenderse a más dependiendo del volumen de vello que se desea trasplantar, así como del grado de alopecia.
Se pueden aplicar dos técnicas, dependiendo de las características de cada persona, la técnica de injerto capilar FUSS o el trasplante capilar FUE. A la hora de realizar el implante se desinfecta la zona y no es necesario depilarla.
La zona donante se rasura dejando una longitud de dos a tres milímetros, a continuación, se anestesia el pubis y la zona de extracción de los bulbos pilosos. Seguidamente, con el bisturí se extrae una franja del tejido, rica en bulbos, se cierra con puntos, se separan los bulbos y se implantan uno a uno en el orificio realizado previamente con un pequeño bisturí con forma de cilindro o mediante láser. El nuevo pelo implantado deberá seguir la disposición y la dirección natural del vello de la zona. Este proceso se puede repetir hasta obtener el resultado deseado.
Durante el postoperatorio es necesario administrar antibióticos y ser muy cuidadoso con la higiene íntima para evitar la caída de los bulbos implantados. Es habitual que los trasplantes sean exitosos, aunque el 20% de los implantes realizados caen.
El vello implantado será definitivo a partir del tercer mes. La paciente puede incorporarse inmediatamente a su vida diaria sin más complicaciones.
Información:
Revista Vida Estética – Edición Noviembre/Diciembre 017