El pasado 28 de noviembre, Estela Belleza, icónico salón de Gijón, celebraba su 50 aniversario. Cerca de 200 personas, entre clientes y proveedores, asistieron a la fiesta para brindar su apoyo a Estela y Araceli, fundadoras del centro, y también a Estela de Abajo, sucesora de ambas al frente del negocio. Esteticista, fisioterapeuta y emprendedora, Estela cree que la estética irá a más, por lo que será necesario compartir y sumar, en lugar de restar.
¿Qué te motivó a entrar en el sector de la estética?
Mi madre y mi tía fundaron Estela Belleza. Aunque crecí en una familia de esteticistas, al principio no tenía claro si iba a continuar con el negocio familiar. Aun así, estoy segura de que mi amor a la profesión me ayudó a tomar esa decisión. Estudié estética y fisioterapia después, influida por mi vocación sanitaria. A partir de ahí, me enamoré de la profesión mientras estudiaba un máster de fisioterapia estética que unía ambas disciplinas. Como sucede con los hijos, parece imposible quererlos cada vez más. A medida que pasa el tiempo, mi pasión por la estética sigue creciendo.
¿Quiénes son tus referentes a nivel profesional?
No tengo referentes absolutos, pero aprendo de todas y cada una de las esteticistas que se cruzan en mi camino. Ahora bien, tengo más afinidad con las buenas profesionales. Aquellas que aprenden, se forman y no se conforman, siendo capaces de compartir su sabiduría con las demás. Eso eleva y dignifica nuestra profesión.
Actualmente, ¿existe algún tratamiento revolucionario?
Ahora y siempre, lo revolucionario y efectivo es cuidarse de manera continuada, dirigida y con ganas. Es decir, acompañar los tratamientos en cabina y casa con un estilo de vida saludable. Ese es el secreto. Quizá la respuesta defraude a algunas personas, pero deja clara mi forma de entender la belleza. En mi centro, se invierte todo lo que sea necesario en formación y aparatología, pero seleccionado de manera muy cuidadosa. No hay un tratamiento único ni revolucionario. Sí existe una combinación precisa y una constancia en el cuidado del rostro y el cuerpo.
Un cosmético imprescindible en tu rutina diaria.
Alguno que tenga vitamina E por su poder protector, calmante e hidratante de la capa córnea de la piel. Además, previene la piel de los daños de los radicales libres y los efectos de la radiación solar. Por si eso fuera poco, me gustaría destacar cómo mejora la textura y el espesor de la piel. Ya que es habitual encontrar las vitaminas E y C combinadas, intento contar con ambas. Además, me gusta que tenga ceramidas que fortalezcan la capa córnea y la función barrera de la piel, porque suelo padecer eczemas.
¿Cuáles son los básicos que no pueden faltar en tu neceser?
Lo mínimo es un limpiador y un cosmético con los activos que ya he comentado. En cuanto a cosmética de color, un básico imprescindible para mí es una barra de labios de color rojo.
La educación en estética, ¿qué opinión te merece?
Durante los últimos años, la estética ha avanzado demasiado rápido, de forma que la educación lo tiene difícil para seguir su ritmo. Considero que es una base sobre la que uno/a debe ir profundizando y creciendo sin parar. Tal y como yo lo veo, el conocimiento no tiene fin. Por eso, es imprescindible apostar por la formación continua y la especialización de los centros y sus profesionales.
¿Cómo te ves en 10 años?
Me veo (y voy a intentar que así sea) más serena y sabia, menos perfeccionista y más amable conmigo misma. Me imagino disfrutando de mi trabajo cada vez más. Además, me visualizo agradecida y orgullosa tras iniciar mi nuevo proyecto. Un proyecto que me ilusiona y aterroriza a partes iguales y que espero vea la luz durante este año.
¿Qué le espera al sector dentro de una década?
El sector de la estética seguirá al alza, pero más repartido. Seremos muchos especialistas compartiendo una parte del pastel. Ojalá todos los implicados aprovechen su importancia para compartir y sumar, en lugar de restar.