ESMALTES PERMANENTES: CÓMO SACARLE EL MÁXIMO PARTIDO A LA MANICURA

Publicado 05 mar. 2020 por redaccion

Las manicuras viven su época dorada y se han convertido es un servicio imprescindible en muchos centros de estética, o simplemente han favorecido la apertura de negocios dedicados en exclusiva al cuidado de las uñas. De entre todos los tipos de manicuras, las realizadas con esmaltes permanentes se han popularizado gracias a la durabilidad de este tipo de materiales. A  la hora de trabajar con este tipo de productos, la gran diferencia con respecto a los esmaltes comunes,  es la necesidad de fijar el esmalte mediante el uso de lámparas led.


Ventajas: su duración


La durabilidad de este tipo de manicuras es sin duda alguna la ventaja más evidente.  Una manicura realizada con un esmalte tradicional de calidad media puede mantenerse en buenas condiciones máximo unos cinco días. Sin embargo, con el esmaltado permanente, la manicura permanece perfecta de dos a cuatro semanas. En el caso de aplicarla en una pedicura, la duración es todavía mayor, y puede alcanzar de un mes a mes y medio.


¿Cómo consigue ser tan duradera? Los materiales que conforman estas manicuras son my resistentes frente a golpes y arañazos, los grandes enemigos de los esmaltes comunes. 


El brillo es otra de sus principales características y puede alargarse hasta dos o tres semanas, además de un efecto uñas recién pintadas durante más tiempo.


Con algunos esmaltes permanentes, para que se adhieran correctamente a la uña, es necesario limarla y eliminar la capa más superficial. Sin embargo, existen esmaltes permanentes que no precisan del limado. Esto los convierte en menos agresivos, sobre todo en el caso de tener las uñas sensibles o frágiles.


Retirar el esmalte una vez la manicura comienza a presentar signos de estar desgastándose también puede ser sencillo, aunque se recomienda hacerlo  en un salón profesional, ya que si se hace de manera incorrecta, se puede dañar la uña natural.


¿Cómo realizamos una manicura correctamente? En primer lugar, eliminamos el esmalte anterior si lo hubiese y retiramos las cutículas con cuidado, para que la uña luzca más bonita. Este proceso lo podemos realizar con un palito de naranja o un torno, según las necesidades de cada cliente.




 

El siguiente paso es limar la uña para dar la forma deseada, pueden ser cuadradas, stiletto… Después retiramos el polvo que haya podido caer y limpiamos bien la uña. Es importante eliminarlo, ya que si quedan restos del limado puede favorecer la aparición de indeseables burbujas en el esmalte que hagan aparecer grietas.


Antes de aplicar el color, damos una capa de base como preparación, para que se adhiera correctamente. Cada capa que se aplica se debe fijar durante unos segundos en la lámpara led.


Una vez hecho esto, ya podemos proceder a aplicar el color. Es muy importante utilizar un esmalte de calidad y homologado, que cumpla con todos los requisitos de seguridad. Por ello, y por el bien de nuestras manos o pies, siempre recomendamos acudir a un centro de manicura que trabaje con productos profesionales y con personal cualificado.


A continuación, aplicamos de dos a tres capas de color, según se necesite, con secado bajo la lámpara entre ellas.


Para finalizar, aplicamos una capa de brillo final para sellar el color y darle ese brillo tan duradero. Tras la fijación en la lámpara led, se limpian bien las uñas y ¡ya estarán!


Por último, un truco para conseguir que la manicura aguante lo máximo posible, es hidratar las cutículas de manera diaria. También es importante que no nos arranquemos el esmalte. Si ves que con el paso de las semanas empieza a levantarse por alguna esquina, ¡no lo toques! Puedes dañar el esmalte natural de tus uñas. Acude al salón de manicura para que te lo retiren los profesionales.


 







 


 

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Publicado 05º mar. 2020

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